El agua que se va a utilizar como base de nuestra receta nutritiva siempre debe ser evaluada. La calidad del agua puede tener un gran efecto en tu producción hidropónica y tu sistema de manejo alrededor del ciclo del cultivo.
Es importante analizar tu agua antes iniciar cualquier proyecto hidropónico para poder saber si algo tiene que ser tratado antes de empezar el proyecto.
La mayor parte del tiempo el agua para proyectos hidropónicos proviene servicios públicos, pozos o la lluvia. Para cada una de estas opciones se pueden presentar distintas características:
Agua Municipal: Este tipo de agua se distingue por la presencia de cloro. Es común utilizar agua municipal para proyectos pequeños. Sin embargo, dado el costo, esta no es la primera opción para grandes productores. El agua municipal es tratada con químicos como el cloro para evitar enfermedades en la población por distintos microbios. El cloro puede afectar el pH del agua y dañar los cultivos. Es útil saber que el cloro puede ser removido del agua antes de añadir nutrientes.
Agua de pozo: Este tipo de agua puede contener altos niveles de minerales como los carbonatos. Además, el agua de pozo no tiene tratamientos previos, lo que puede significar que hay posibilidad que contenga patógenos que causan enfermedades en tus cultivos. Hay pruebas de laboratorio para patógenos que ayudan a analizar si hay patógenos que puedan afectar a la población o las plantas.
Agua de lluvia: Este tipo de agua puede tener una gran calidad, está libre de aditivos y tiene un bajo contenido mineral. Usualmente solo en lugares cerca del mar el sodio puede estar presente en mayor cantidad, el desafío es en realidad poder recolectar la cantidad necesaria de agua para mantener funcionando un sistema hidropónico.
Fuentes de agua superficial/agua dulce: El agua superficial se refiere a agua que proviene de ríos, lagos o canales. La calidad de agua entre estas fuentes puede ser muy diferente. Algunos lugares pueden ser más salinos que otros. También se debe tener a consideración los patógenos, sobre todo si la fuente de agua se encuentra próxima a zonas urbanas o agrícolas.
¿Cómo evaluar los resultados de tus pruebas de agua?
Cuando se analiza la fuente de agua siempre debes enfocarte en: cloro, alcalinidad, minerales, bacterias, CE y pH.
Cloro: Está presente en mayores concentraciones en el agua municipal. Cloro en grandes cantidades puede dañar cultivos sensibles como la lechuga y la fresa. Los niveles de cloro en tu fuente de agua deben ser mantenidos debajo de los 70 ppm. Si tus niveles son más altos, se puede utilizar la ósmosis inversa con un filtro de carbón activado para remover eficientemente el exceso de cloro. También hay métodos de evaporación para remover el cloro de tu fuente de agua.
Bacterias y patógenos: Es importante saber que tan “limpia” es tu agua. Las fuentes de agua pueden contener patógenos con el potencial de provocar enfermedades en tus cultivos. Si sabes de zonas agrícolas cerca de tu fuente de agua se debe entender que el riesgo a enfermedades será mayor.
Minerales: Los minerales como el Mg, K, S y N pueden ser buenos para las plantas. Pero, en cantidades muy altas te pueden ocasionar problemas. Si alguno de estos minerales se encuentra en exceso en tu fuente de agua puedes solucionar esto ajustando tu fórmula nutritiva. Aprenderemos como hacer esto en la guía de manejo de fertilizantes.
Alcalinidad: La alcalinidad también está relacionada con la presencia de minerales, pero está enfocada en los carbonatos. Los carbonatos se pueden encontrar en altos niveles en fuentes como los pozos o ríos. Entre más alta sea la cantidad de carbonato sea en tu agua mayor será el pH. Esta variable puede afectar severamente tu gestión del sistema a lo largo del ciclo. Por lo tanto, es recomendable eliminar los carbonatos antes de utilizar el agua en tu sistema. Para reducir o eliminar los carbonatos un tratamiento con ácido se puede utilizar. También se puede utilizar un fertilizante que tenga base de amonio para reducir los niveles de pH en el sistema. Estos fertilizantes tienden a acidificar la zona de la raíz y los fertilizantes a base de nitratos tienden a incrementar el pH. Esta información también es útil de saber cuando aplicamos fertilizantes.
Conductividad eléctrica (CE): La CE está directamente relacionada con la cantidad de sales presentes en la fuente de agua. Recuerda que cuando haces soluciones nutritivas estas añadiendo fertilizante a tu fuente de agua, lo cual hará subir los niveles de CE. Si la CE ya es alta en el agua, al agregar el fertilizante recomendado para un tipo de cultivo puedes terminar con niveles de CE arriba de lo recomendable. Es importante empezar un sistema donde la CE de la fuente de agua es baja. En sistemas cerrados se recomienda empezar con una fuente de agua con una CE de 2.5 mS o menores. Recomendaciones similares se pueden aplicar para cualquier cultivo que sea sensible a sales en su crecimiento. Un buen ejemplo son las fresas. ¿Cómo podemos corregir altos niveles de CE? Podemos utilizar filtros u ósmosis inversa para poder reducir las sales presentes en la fuente de agua.
pH: Esta variable será el resultado de la presencia de diferentes sales en la fuente de agua. Todos los cultivos tienen requerimientos de pH específicos, la mayoría están entre 5.4 a 7, entonces para poder mantener el nivel de pH en lo recomendable se tiene que verificar que la fuente cumpla con estos niveles. Si el pH no esta dentro del rango recomendado la absorción de nutrientes se puede ver afectada y el cultivo puede tener deficiencias nutrimentales.
Aquí se puede encontrar un buen ejemplo de una prueba de calidad de una fuente de agua:
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